Martha Matilda Harper fue una mujer que tuvo un aporte muy importante para el mundo de los empresarios. Sin embargo, esta no ha sido reconocida apropiadamente, por lo tanto, fue la mujer seleccionada para esta sección. Todo comenzó a los 12 años cuando fue empleada en una casa de un doctor. Allí, ella adquirió conocimientos con respecto a la fisiología del pelo y la importancia de estimular el flujo de sangre al cuero cabelludo. Adicionalmente, en su lecho de muerte le dio su fórmula de un tónico secreto que debía frotarse en el cuero cabelludo. Por estas razones, siempre llevó su cabello con orgullo.  

 

Luego, a los 25 años estuvo manufacturando su propio tónico en su nuevo lugar de trabajo. Su sueño era abrir un salón de belleza, y, finalmente, lo logró en 1888. De todos modos, se enfermó por agotamiento y quedó al cuidado de una mujer llamada Helen Smith. Esta mujer creía en una filosofía que hacía énfasis en la buena salud y en el empoderamiento de las mujeres. Por lo tanto, después de recuperarse, Harper tomó la decisión de que esas creencias se vieran reflejadas en la empresa. Por esto decidió contratar a mujeres que tuvieran el mismo perfil que ella, es decir, que fueran trabajadoras y de orígenes humildes. Sin embargo, debido a la filosofía en la que creía, impulsó la independencia económica y las convirtió en dueñas de sus negocios. De esta manera se convirtió en pionera del emprendimiento social y creó lo que es conocido hoy en día como franquicias.